Una vez más los dominicanos dimos muestras de respeto, tolerancia y sobre todo "saber estar", en el Primer Desfile de la Dominicanicanidad que se celebró el 28 de febrero de este año, desde la glorieta de cuatro caminos hasta la Plaza de la Remonta; más de 8,000 personas entre dominicanos, españoles y otras nacionalidades.
Actividades de esta índole me hace sentir orgulloso que soy dominicano; porque el dominicano no es el que monta las peleas, el que comienza la "tiradera" de botellas, el que no sabe comportarse en los lugares. La naturaleza del dominicano se caracteriza por la alegría que se transmite cuando escucha una bachata, merengue o perico ripiao y mueve las caderas al compás de la música.
Además hay que reconocer la simpatía y el júbilo que mostraron los españoles ante la celebración del desfile. Escuché a Juana (madrileña): "cómo gozan los dominicanos y cómo se lo pasan bien, ahora mismo comienzo a bailar".
Que estos tipos de eventos nos permita expresarnos tal y como somos; y que de una vez por todas rompamos los estereotipos o prejuicios que nos caracterizan.
QUE VIVA LA REPÚBLICA DOMINICANA,